El Aula Magna “Juan Carlos Carrasco” de la Facultad de Psicología de la Universidad de la República (Udelar) fue el escenario donde, el 16 de mayo, se realizó la conferencia “Terapia Gestalt: orígenes y fundamentos. Recepción en América Latina”, una actividad organizada conjuntamente por el Instituto de Psicología Clínica, el Instituto de Psicología, Educación y Desarrollo Humano de la Facultad, y el grupo “Formación de la clínica psicoanalítica en el Uruguay” (FCPU).
La conferencia fue transmitida en vivo por el canal institucional de la Facultad en YouTube y contó con la presentación del docente Diego Cuevasanta. La actividad se desarrolló en torno a la ponencia del doctor en Psicología y profesor de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), en Argentina, Diego Brandolín.
Contar la historia para entender el presente
Brandolín propuso un recorrido histórico que partió desde la infancia del médico, neuropsiquiatra y psicoanalista Fritz Perls en el Berlín de comienzos del siglo XX, hasta la llegada de la terapia Gestalt a América Latina. Enfatizó el valor de recuperar la memoria, no como algo del pasado, sino como una forma de comprender el presente: “La conciencia de la historia no nos dice cosas del pasado, nos informa del presente”. Con esa premisa, trazó una línea que conectó la biografía de Perls con los fundamentos teóricos de la terapia que impulsó, incluyendo su paso por la medicina, la guerra, el psicoanálisis y su encuentro con figuras clave como Laura Perls, Kurt Goldstein y Wilhelm Reich.
Relató que Fritz Perls no tuvo una infancia sencilla: atravesó el dolor, la marginación y la guerra, y canalizó esas vivencias en una búsqueda teórica y clínica constante. Reivindicó el papel de Laura Perls, quien aportó el rigor académico y filosófico al modelo: “Probablemente sin Laura no hubiera habido tampoco terapia Gestalt”. Brandolín subrayó que la terapia no nació en Estados Unidos, como a veces se cree, sino que germinó en Europa a partir de una conjunción de influencias como el psicoanálisis, la fenomenología, el existencialismo, la psicología de la Gestalt y el holismo. A su vez, explicó que la obra Ego, Hunger and Aggression (1942) fue un punto de inflexión, pero que el verdadero hito fundacional se dio con la publicación de Gestalt Therapy en 1951.
Describió cómo Perls se distanció del psicoanálisis ortodoxo y se acercó a círculos contraculturales en Nueva York, donde conoció a Paul Goodman, quien se convirtió en coautor del libro que dio nombre a la terapia. Además, Ralph Hefferline, psicólogo conductista, aportó al proyecto una dimensión vivencial al registrar experimentos con estudiantes. De esta colaboración surgió un modelo que integró teoría y experiencia desde sus orígenes. Brandolín destacó que “la terapia Gestalt estuvo marcada desde el inicio por la importancia de la vivencia en la formación de terapeutas”.
La llegada a América Latina y el renacer en la academia
En el tramo final, narró la llegada de la terapia a América Latina, a través de Claudio Naranjo y Adriana Schnake, quienes sembraron el modelo en Chile, Argentina y Uruguay. Recordó que Schnake y Francisco Neus fundaron la editorial Cuatro Vientos, clave en la traducción y difusión de textos gestálticos. Mencionó también los primeros talleres en Buenos Aires y Montevideo durante los años 70, en un formato intensivo y transformador. Finalmente, Brandolín celebró que la Facultad de Psicología retomara el interés por esta corriente: “Ustedes saben mucho de esto, nada más que lo olvidaron”, dijo con humor, invitando a reincorporarla con entusiasmo al campo académico y clínico.
Tras su ponencia, Brandolín invitó a los presentes a intercambiar sobre la temática, dando paso a un espacio de preguntas, respuestas y comentarios.