Pasar al contenido principal

Loading...

NOTICIAS

El arte como refugio de la memoria: presentación de Cometas rojas de Memoria

Imagen/Afiche
Cuerpo

Entre la palabra y la herida, Cometas rojas de Memoria. Insilio y otras muertes vivas propuso un encuentro donde la poesía se volvió testimonio y resistencia. La voz de Mirta Toledo Graña, tejida entre recuerdos y ausencias, abrió un espacio de escucha profunda, donde la memoria se hizo cuerpo, palabra y gesto compartido.

La presentación del libro tuvo lugar en el Aula Magna de la Facultad de Psicología y fue organizada por el Programa Concepciones, determinantes y políticas de la salud del Instituto de Psicología de la Salud. Participaron la autora, Mirta Toledo Graña; el decano Enrico Irrazábal; María Celia Robaina, integrante de la Comisión Nacional Honoraria de Sitios de Memoria, y Magela Fein, de la Red de Sitios de Memoria, con la moderación de la docente Fiorella Nesta. Cada intervención trazó distintas lecturas sobre la obra, entre la palabra poética, la política del recuerdo y la necesidad de pensar lo vivido desde un lugar sensible y colectivo.

Poética del recuerdo y del dolor colectivo

El decano Enrico Irrazábal abrió la actividad con una lectura desde su experiencia en los estudios sobre memoria y segunda generación. Señaló que Cometas rojas de Memoria lo llevó a reflexionar sobre nociones como el “insilio”, concepto que refiere a un exilio interior —psíquico y social— poco explorado en la producción académica. Destacó que el texto está “cargado de insilio” y que interpela las formas de decir, los silencios y los modos de transmisión del trauma y la memoria.

Irrazábal subrayó el valor del arte y la poesía como formas de producción de memoria colectiva. Afirmó que “la memoria no es recuerdo ni verdad, sino proceso”, y que el arte permite decir lo indecible: “El arte nos conecta con una dimensión muy rica de la memoria social, histórica y política”.

Entre el miedo y la palabra

La autora Mirta Toledo Graña expresó la emoción de presentar su obra en la Facultad de Psicología, institución que —dijo— “nunca soñé, pero ustedes hicieron realidad”. Recordó su paso por la Escuela de Psicología durante los años de dictadura y transición democrática, y los vínculos con docentes como Enrique Pichon-Rivière, quienes marcaron su compromiso con la memoria y los derechos humanos.

Toledo explicó que su escritura busca visibilizar el “insilio”, una forma de encierro no geográfico, sino emocional y social, marcada por el miedo, el silencio y la autocensura, que aún persisten en la sociedad uruguaya. “Vivimos castigados por una doctrina de seguridad nacional que todavía nos divide entre víctimas y no víctimas”, señaló, y llamó a repensar esas categorías de dolor que fragmentan el entramado social.

Finalmente, destacó el poder del arte como herramienta de memoria y transformación. “La poesía permite trabajar la memoria y generar cambios culturales más profundos”, expresó. Comentó además el sentido simbólico del color rojo en su obra —“vida, sangre, dolor, todo depende de dónde esté ese rojo”— y la frase “la tierra está siendo”, surgida, dijo, de “otra voz que tenía que insistir” por lo vivido, lo que ocurre y lo que vendrá.

La palabra que abriga

Magela Fein expresó que su participación en la presentación fue, ante todo, un gesto de amistad hacia la autora. Compartió la emoción y el honor de acompañar la publicación, que describió como un diálogo entre Mirta Toledo Graña, su obra y quienes la leen. Señaló que la poesía de Cometas rojas de Memoria teje un puente entre lo íntimo y lo colectivo, y permite mirar la historia reciente desde los afectos, las pérdidas y las resistencias que habitaron lo cotidiano.

Fein destacó la capacidad de la autora para transformar el dolor en una palabra que abriga, una palabra que “hace lugar”. Subrayó que los poemas no solo recuerdan, sino que también interpelan el presente, invitando a pensar cómo se heredan las memorias del terror y qué formas nuevas de ternura y justicia pueden nacer de esa herencia. Asimismo, evocó la figura de Clara, protagonista de varios poemas, como símbolo del desgarro de una adolescencia atravesada por el miedo, y la presencia de las madres —“lunas blancas”, según los versos de Toledo Graña— que sostuvieron la vida cotidiana en medio del terror y posibilitaron, desde su resistencia, los nuevos amaneceres.

Por su parte, María Celia Robaina destacó el valor testimonial de la obra, a la que definió como un libro de memorias, denuncia y arte. Señaló que el texto conmueve porque recupera las vivencias de niñeces y adolescencias marcadas por el terror de Estado. Para la psicóloga, el “insilio” expresa la experiencia de quienes, sin dejar el país, fueron arrancados de sus afectos y silenciados por el miedo. Citó uno de los versos donde la autora recuerda que “el terrorismo de Estado fue como estar muda”, reflejando el peso del silencio.

Robaina sostuvo que la poesía permitió a Toledo Graña transformar el dolor en palabra. Consideró que el libro da testimonio de una generación y rescata la ternura y la fuerza de las mujeres que, en medio de la oscuridad, sostuvieron los vínculos y la esperanza.

El encuentro culminó con la lectura de algunos de los poemas de Cometas rojas de Memoria, en una atmósfera de emoción y recogimiento que dio paso al cierre artístico de MuDanza. La propuesta escénica, atravesada por el movimiento, la música y la voz, extendió la reflexión hacia el cuerpo como territorio de memoria y resistencia, sellando una jornada donde el arte y la palabra se unieron para seguir preguntando cómo se recuerda y cómo se sobrevive.

Publicado en:
Portada de Sitio
Publicado el Martes 9 Diciembre, 2025

Suscripción a noticias