El 10 de diciembre se desarrolló, en el salón 9 de la Facultad de Psicología de la Universidad de la República (Udelar), la actividad “El rol de la Psicología en el cambio de modelo de salud mental”, la cual constituyó una instancia de formación dirigida al componente de Psicología del Programa de Salud Mental del Hospital de Clínicas e integrantes de la Comisión Asesora de Salud Mental de la Facultad de Psicología.
Este fue un evento desarrollado en el marco del convenio de colaboración interinstitucional entre la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo (INDDHH), el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) y la Udelar, efectuado a partir del proyecto de cooperación internacional "En camino hacia un país sin manicomios”, que contó con la participación de la Conferencia Por Salud Mental en el Mundo Franco Basaglia (CoPerSaMM), así como del Consorcio Operativo de Salud Mental (COSM).
La actividad tuvo el objetivo de fomentar el intercambio sobre el rol de la Psicología en los procesos de desinstitucionalización, usándose como referencia las experiencias de Trieste y Gorizia. El encuentro se centró en torno a la ponencia de las personas invitadas, Claudia Battiston y Marco Visintin, oriundas de Italia.
Al inicio de la actividad, la asistente académica de Decanato y docente de la Facultad, María Estefanía Pagano, dio la bienvenida y destacó la relevancia de la actividad, enmarcada en la cooperación institucional impulsada por la Facultad. Posteriormente, la docente Dulcinea Cardozo agradeció a las y los participantes, presentó a los ponentes y describió cómo tuvo lugar esta instancia, fruto del intercambio generado mediante la cooperación internacional con destacadas instituciones.
En su intervención, Claudia Battiston destacó la importancia de conceptos clave como red, derechos, multidisciplinariedad, continuidad en la cura y participación social. Subrayó que el enfoque de Basaglia permitió dar dignidad y subjetividad a las personas internadas, al garantizarles derechos fundamentales como la identidad, el voto, el trabajo, la vivienda y la socialización. Puso énfasis en que estos derechos no permanecieron como ideas abstractas, sino que se concretaron mediante prácticas como las cooperativas sociales y proyectos habitacionales que integraron a los individuos en el tejido comunitario, fortaleciendo así el proceso de desinstitucionalización.
Además, Battiston resaltó que un sistema de salud mental eficaz debía ser accesible, flexible y modular, adaptándose a las necesidades específicas de cada persona en lugar de depender de protocolos rígidos. Argumentó que los servicios no debían fragmentarse, ya que esto reflejaba una visión fragmentada del individuo. La invitada promovió la construcción de redes comunitarias y el fortalecimiento del territorio como recurso esencial para ofrecer respuestas integrales. Asimismo, reiteró que la desinstitucionalización debía extenderse más allá de la salud mental, abarcando también otros ámbitos, como los servicios para personas mayores y con discapacidad.
Por su parte, Marco Visintin centró su ponencia en los principios del modelo de salud mental comunitaria iniciado por Basaglia, basado en la ruptura del paradigma médico tradicional. Relató cómo este enfoque priorizó la escucha activa de las personas, el conocimiento de sus historias y la defensa de sus derechos fundamentales como parte del proceso terapéutico. Visintin explicó que las acciones concretas, como la promoción de la autonomía y la participación en actividades cotidianas, eran esenciales para el bienestar y rechazó cualquier visión reduccionista o paternalista en la relación entre operadores y usuarios.
También abordó la importancia de la continuidad terapéutica, donde los mismos profesionales acompañaban a las personas tanto en las fases de crisis como en los procesos de rehabilitación. Visintin describió cómo su equipo, compuesto por profesionales de diversas disciplinas, trabajaba en conjunto para ofrecer soluciones adaptadas a las necesidades individuales, integrando recursos del territorio y promoviendo la inclusión social. Afirmó que el diálogo constante y la participación activa de las personas eran fundamentales para construir proyectos significativos que respondieran a la complejidad de las situaciones.
Tras la ponencia de ambos invitados, se abrió un espacio de intercambio de preguntas, respuestas y comentarios entre las y los participantes.