Abrió el Centro Paulina Luisi en Salto
Ya está en funcionamiento el Centro Paulina Luisi en la sede Salto de la Udelar. Allí se ofrece atención psicológica individual o grupal, presencial o por Zoom. Y, como la mayoría de los servicios que ofrece la Facultad de Psicología, es gratuita.
El Centro ofrece atención afirmativa a personas que ejercen el trabajo sexual. Es el resultado de una creación colectiva entre O.Tra.S. (Organización de Trabajadoras Sexuales del Uruguay), el Sindicato de Trabajadoras Sexuales (afiliado al PIT-CNT), el Grupo Visión Nocturna, docentes de la Unidad Académica Salto (CENUR Litoral Norte / Facultad de Psicología / Udelar) y estudiantes avanzados de la Licenciatura en Psicología.
Este espacio combina atención psicológica, formación académica y producción de conocimiento situado —ese que, como afirman sus impulsores, “investiga para desarmar injusticias”. Adopta como madrina simbólica a Paulina Luisi, “por su defensa radical de la dignidad, la libertad y el cuerpo como territorio de soberanía”.
Podríamos seguir contándoles, con el estilo institucional y desde una subjetividad responsable, el propósito de este centro. Pero preferimos dejarles el texto con el que el profesor adjunto Paribanú Freitas lo presenta. Porque no queremos domesticar ese manifiesto que consideramos potente, conmovedor y muy bien escrito.
Pero antes, les dejamos los datos de contacto.
Correo electrónico: centropaulinaluisi@litoralnorte.udelar.edu.uy
Formulario web para solicitar consulta: https://litoralnorte1.mx-router-iv.com/l/cpl-001
Nace el Centro Paulina Luisi: manifiesto por una psicología orejana que escuche los gritos y susurros las vidas de las trabajadoras sexuales del Uruguay
por Paribanú Freitas · Publicada 28/05/2025 · Actualizado 01/06/2025
Hay nombres que no son nombres. Son antorchas. Son manifiestos. Son la forma más directa de gritar quiénes somos y desde donde nos ubicamos. Nombrar este centro “Paulina Luisi” no es una cortesía histórica. Es un posicionamiento, un trazo político, una herencia incómoda que decidimos abrazar con toda la fuerza de su rebeldía.
Porque Paulina fue la primera, sí. Pero también fue la que nunca se dejó domesticar, la que discutió con todos los varones de saco y corbata que intentaron decirle lo que una mujer debía ser. Y porque su lucha por los derechos de las mujeres incluyó, desde temprano, una defensa radical de la dignidad, la libertad y el cuerpo como territorio de soberanía. ¿Cómo no iba a ser ella la madrina simbólica de este centro?
El Centro Paulina Luisi no es una sala de espera con fichas clínicas. Es un espacio universitario, político, epistémico, que nace para cambiar la gramática del cuidado en salud mental. Una trinchera bella y feroz que articula psicología afirmativa, formación académica e investigación situada, en diálogo directo con las vidas, cuerpos, trayectorias y saberes de las personas trabajadoras sexuales. Porque si hay algo que no soportamos es la tibieza. Y si hay algo que este mundo necesita, es instituciones que se mojen enteras.
¿Qué hacemos? (Y por qué lo hacemos así)
En este centro no hablamos de “casos”. Hablamos con personas. Escuchamos sin auriculares técnicos. Caminamos junto a las trabajadoras sexuales que llegan hasta aquí como llegan las heroínas: con historias llenas de barro, de deseo, de miedo, de potencia y de enseñanzas. Nuestra práctica psicológica no busca diagnosticar desde la torre de marfil del saber autorizado. Busca construir condiciones reales de bienestar. Condiciones habitables. Condiciones que no duelan.
Nuestro trabajo se apoya en tres columnas que se tocan y se refuerzan como una coreografía:
Atención psicológica afirmativa y gratuita
Cada entrevista es un espacio de resistencia íntima. Aquí se ofrece atención individual, gratuita y voluntaria, sin moralinas ni correcciones disfrazadas de ayuda. La escucha es radicalmente respetuosa: acompaña sin invadir, contiene sin encerrar, legitima sin pedir explicaciones. Lxs profesionales están formadas en derechos humanos, género, diversidad, ética del cuidado y normativas sobre trabajo sexual. Y lo más importante: saben cuándo hablar… y cuándo callar para escuchar o aprender de otra verdad.
Formación académica transformadora
No estamos formando psicólogas para repetir protocolos. Estamos sembrando una generación de profesionales con conciencia histórica, con sensibilidad estética, con ética política. Estudiantes avanzados se integran como practicantes bajo supervisión docente en equipos interdisciplinarios, donde lo académico se deja permear con lo vivencial, donde la práctica no reproduce exclusiones sino que las cuestiona, donde aprender es también desaprender lo aprendido.
Investigación crítica con compromiso social
La producción de conocimiento, aquí, no es un fetiche de publicaciones indexadas. Es una herramienta de lucha. Investigamos aliados con las trabajadoras sexuales como productoras de saber e interlocutoras válidas. Mapeamos las instituciones que las inhabilitan. Analizamos los discursos que las numeran sin escucharlas. Y construimos insumos para incidir en las políticas públicas desde una perspectiva de Derechos Humanos. No investigamos para acumular papers, sino para desarmar injusticias.
Psicología basada en evidencia científica
En el Centro Paulina Luisi trabajamos con enfoques psicológicos que cuentan con respaldo en la investigación científica. Creemos que el compromiso con la salud mental también implica el compromiso con prácticas fundadas en evidencia rigurosa, que hayan demostrado eficacia y sensibilidad en contextos diversos. Pero esto no significa aplicar fórmulas prefabricadas: significa construir intervenciones responsables, éticas y actualizadas, al servicio de quienes se acercan buscando cuidado.
No estamos solos (ni queremos estarlo)
El centro se ha construido en diálogo permanente con el Sindicato de Trabajadoras Sexuales del Uruguay, integrante del PIT-CNT y la Organización de Trabajadoras Sexuales del Uruguay (O.Tra.S.), más recientemente también con el Grupo “Visión Nocturna”. No fue solo consultarles. Fue crear juntas. Desde la elección del nombre hasta el diseño de la atención, las organizaciones estuvieron —y están— en cada paso. Porque sin alianza no hay transformación.
También tejemos redes con instituciones públicas, sistemas de salud, servicios sociales y otras unidades universitarias que entienden que la salud mental no se hace desde una camilla, sino desde la calle, desde los afectos, desde el territorio.
¿Dónde estamos?
Estamos en Salto (Uruguay), en el norte y para el norte del país, donde las políticas públicas no siempre llegan en simultáneo con otras regiones. En un edificio universitario que hoy aloja algo más que clases: aloja historias que no cabían en los consultorios tradicionales. Y aunque estamos en fase de instalación, ya tenemos lo esencial: un equipo profesional vigoroso, un equipo de estudiantes comprometidos y con toda la fuerza de la juventud, un espacio físico definido, el respaldo institucional de la Facultad de Psicología y del CENUR Litoral Norte de la Udelar, y —sobre todo— una confianza creciente por parte de las organizaciones que trabajan en la primera línea.
¿Por qué atención AFIRMATIVA?
Porque la psicología, durante demasiado tiempo fue parte del problema. Porque hay décadas de diagnósticos humillantes, de tratamientos correctivos, de silencios cargados de juicio. El enfoque afirmativo nace como respuesta ética y clínica a esa historia de violencia simbólica. No se trata de maquillar el dolor, sino de reconocer el deseo. No se trata de negar el sufrimiento, sino de crear espacios donde el sufrimiento no sea la única forma de estar en el mundo.
Una psicología afirmativa mira a las personas como sujetxs de derecho, no como objetos de intervención. Mira la agencia, no solo la herida. Mira la voz, no solo el silencio. Y cuando trabaja con personas trabajadoras sexuales, se cuida especialmente de no repetir la lógica del rescate, del castigo, de la piedad que lastima.
En el Centro Paulina Luisi, afirmativo significa: respetar. Nombrar sin etiquetar. Escuchar sin invadir. Acompañar sin corregir. Cuidar sin domesticar.
Una apuesta radical por la universidad pública
No es casual que esto suceda en la Universidad de la República y no en una iniciativa privada o una corporación internacional. Porque la universidad pública tiene que ser el lugar donde se inventen otras formas de estar, de saber, de cuidar. El Centro Paulina Luisi no es una excepción: es la consecuencia lógica de una universidad que no se mira el ombligo, que no le teme a lo incómodo y que se mete en el barro de la historia.
Esto también es extensión universitaria. Esto también es formación profesional. Esto también es producción de conocimiento. Y esto también —quizás sobre todo— es justicia social.
Hacia adelante
No queremos que el Centro Paulina Luisi sea una isla. Queremos que sea una chispa. Un modelo que se replique, que se adapte, que inspire. Queremos que otras facultades, otras universidades, otras ciudades, se animen a pensar una psicología que no le tenga miedo a la calle. Que entienda que “lo clínico” también es político y que “lo terapéutico” también debe ser un acto de rebeldía.
Porque hay otras formas de hacer psicología: más orejanas, más sensibles, más sexuales, más “incómodas” y, por ello mismo, más nuestras. Y porque, como dijo Paulina, y como repetimos nosotrxs mismxs mientras armamos consultorios, pintamos carteles o redactamos protocolos: “La libertad no se mendiga. Se conquista”.