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Facultad de Psicología fue escenario de intercambio por el presupuesto universitario

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Ante la resolución del Poder Ejecutivo de no aumentar el presupuesto universitario en el proyecto de Rendición de Cuentas presentado este año en el Parlamento, el decanato de la Facultad de Psicología organizó el 12 de setiembre del 2022 una Jornada de Diálogo por el Presupuesto Universitario.

El evento se llevó a cabo presencialmente en el Aula Magna de la casa de estudios y contó con transmisión a través del canal de la Universidad en YouTube.

La jornada estuvo constituida por dos mesas de diálogo donde se abordó el tema desde puntos de vista diferentes. En primera instancia, participaron los senadores Daniel Olesker (Frente Amplio) y Jorge Gandini (Partido Nacional), los cuales integran la comisión de Presupuesto y Hacienda del Parlamento; en este punto se trató el tema desde la óptica del poder político (específicamente el legislativo) y todo lo relativo a la toma de decisiones desde ese ámbito. Se contó con la moderación del docente y periodista Facundo Franco.

Posteriormente, se realizó una mesa académica para discutir acerca del impacto que la Universidad y la educación en general sufriría al no recibir una mayor cantidad de recursos, con el foco puesto en las consecuencias para la enseñanza, investigación y extensión universitaria en cada una de las áreas. En este punto participaron el decano de la Facultad de Psicología, Enrico Irrazábal, quien coordina actualmente la Mesa del Área de Ciencias de la Salud; el decano de la Facultad de Química y vicerrector de la Udelar, Álvaro Mombrú, miembro del Área de Tecnologías, Ciencias de la Naturaleza y el Hábitat; el decano de la Facultad de Artes, Fernando Miranda, representante del Área Social-Artística; la decana de la Facultad de Odontología, Mariana Seoane, del Área de Ciencias de la Salud; y la coordinadora de la Unidad de Apoyo Académico de la Comisión Coordinadora del Interior, Graciela Carreño.

Mesa política

Para dar comienzo a las intervenciones, se recordó el análisis de la Universidad donde se arrojó una pérdida de 5% en el presupuesto desde el 2019 y se planteó la interrogante acerca de cuál era la perspectiva política desde el ámbito legislativo y cuáles eran las posibilidades de acceder a partidas incrementales.

Gandini reconoció la “clara caída presupuestal” desde el 2019. Sin embargo, destacó que, al revisar todo el periodo presidencial y esta Rendición de Cuentas, se encuentran incrementos.

“Hay un incremento proyectado con los recursos dispuestos para la recuperación salarial, tal como se prevé la recuperación para los funcionarios públicos”, dijo. Posteriormente, se refirió a la negociación con el sector público a través de la Confederación de Organizaciones de Funcionarios del Estado (COFE), la cual destacó como “interesante”, y rescató que esta tuvo como resultado un acuerdo con un convenio colectivo. En este sentido, indicó que no existe convenio colectivo con la Universidad, pero “está dispuesto en la Rendición de Cuentas”.

La recuperación salarial

“En 2023 hay 3.2 millones de dólares para el incremento de la masa salarial, lo cual es tarea de la Universidad determinar cómo se suben. Para 2024 hay 4 millones de dólares más y lo mismo en 2025. Esto da un total de 11.2 millones de dólares destinados a la recuperación salarial en la Universidad”, sostuvo.

El senador nacionalista se refirió luego a la ley de presupuesto, una norma jurídica que hace proyecciones de presupuestos por un lustro en la cual se plantea “un efecto arrastre” donde se prevé más de 40 millones de dólares de incremento a la Universidad en estos cinco años, que se suman a los 11.2 mencionados anteriormente y a una partida única de 7 millones de dólares para la construcción de un campo universitario; dinero que se adjudicará en 2023. “A esto hay que sumarle 120 millones de pesos (unos 3 millones de dólares) que diputados reasignó para financiar dos proyectos vinculados al Hospital de Clínicas”, añadió.

Las consecuencias de la pandemia y el adicional del fondo de solidaridad

Gandini se refirió al adicional del fondo de solidaridad, creado en 2001 en el contexto de crisis económica nacional y equivalente a 14 millones de dólares anuales para la Universidad. Al respecto, recordó su desacuerdo con este impuesto y apuntó a que es el Estado quien debe encargarse de esos fondos. Sin embargo, reconoció que es “imposible” eliminar sin conseguir recursos que lo sustituyan e indicó que se trabaja para la reasignación de fondos para cubrir este monto, así como para acceder a otros dineros que permitan aumentar la cantidad de horas docentes en la Udelar, UTU y UTEC.

Para finalizar, Gandini recordó que en 2020 el Estado recaudó 2000 millones de dólares menos a raíz de la pandemia y gastó un monto similar a ese durante la emergencia sanitaria. “La Universidad perdió, no fue inocua la pandemia para Uruguay, pero en ese contexto el compromiso de recuperación viene en cumplimiento, sobre todo ahora. La economía en 2021 y 2022 creció más de lo previsto. Las cuentas se están reordenando, la educación es prioridad y la Universidad no queda postergada. El presupuesto la contempla”, sentenció.

Menos presupuesto

Por su parte, en senador Olesker basó su intervención en tres puntos: el contexto de la rendición de cuentas, la Udelar y la “mal llamada” recuperación de salario.
“Si tomamos en cuenta el presupuesto de 2020 y 2021 sumados y se compara con el presupuesto de 2019 da una diferencia de 450 millones de dólares menos. De ese total, 150 millones correspondieron a la ANEP, 37 a la Udelar, 70 a ASSE, 50 a Vivienda, 45 al INAU e Inisa y 45 al Poder Judicial”, inició el legislador.

“El ajuste fiscal también se puede medir en términos de participación en el producto” añadió y luego explicó: “en 2019 la ANEP y Udelar juntos representaron el 4.3% del Producto Interno Bruto (PBI) y el gasto educativo en total el 5.10%. En 2021 representan el 3.8, y para 2022 proponen un 3.37%”, añadió.

No obstante, Olesker sostuvo que hubo “buenas noticias” hasta ahora porque hubo tres “muy malos proyectos cualitativos que quedaron en el camino”, uno fue la eliminación al adicional del fondo de solidaridad, el otro fue la eliminación del subsidio a la vivienda para todos los que accedieron antes de 2017 y la derogación de la ley de medios.

Posteriormente, el senador frentamplista se refirió a los recursos manejados por la Udelar y recordó que en 2019 el presupuesto era de 7 mil millones y en 2009 fue de 10 mil millones. “Claramente en 2020 y 2021 hubo una caída del presupuesto. Si se hubiera actualizado el presupuesto de 2019 por valores de inflación debe de ser unos 21 mil millones de pesos y la rendición de cuentas discutidas es de 19 mil millones de pesos, un 5% menos”, afirmó.

Caída en la representación del PBI

“En mis cuentas, aun tomándose en cuenta las partidas adicionales y los 11 millones de dólares de la masa salarial, al final del quinquenio el presupuesto de la Udelar estará entre 7 y 8% por debajo de 2019. A esto debe agregarse que el presupuesto de ciencia y tecnología es muy poco. Se hablaba de 26 millones de dólares, pero 10 son para la transformación del Instituto de Cine y Tecnología, 12 dirigidos a un programa para incentivar el sector privado y solo cuatro para la ANII. Desde este punto de vista también hay una caída en términos del porcentaje del PBI”, añadió.

Finalmente, Olesker hizo referencia a los salarios. El senador recordó que el gobierno asumió con el mandato legal de no poder ajustar por debajo de la inflación del año anterior. Esto se modificó en 2020 donde se eliminó la compensación inflacionaria anual y pasó a ser quinquenal.

“Que al final del quinquenio del gobierno vayamos a tener el mismo salario del 2020 puede ser bueno o malo con relación al contexto. Se espera que en esos cinco años el PBI puede crecer hasta un 10%, esto quiere decir que la participación de los salarios públicos en el PBI será menor. El salario tendrá un aumento del 0% en los cinco años”, afirmó el senador.

Ante esto último, Gandini replicó que está previsto por ley que, en caso de un aumento del PBI por encima de lo estimado, este se reflejará en los salarios en porcentajes ya fijados. Asimismo, dijo que no es comparable el gasto del Estado en el último año de un gobierno en comparación con el primero del otro porque es normal que quien detenta el poder aumente el gasto en el último año por temas electorales. Además, aseguró que, considerándose el monto en dólares, el presupuesto que el actual gobierno destinó a la Udelar es igual e incluso superior al de gobiernos anteriores.

Mesa académica

No afecta solo al presente, afecta al futuro

Tras finalizar la intervención de los parlamentarios se dio paso a la mesa académica donde cada uno de los participantes expuso sobre cómo impactaría (y pondría en riesgo) el incremento 0 en los diversos proyectos que se desarrollan en cada uno de los ámbitos que ellos integran, así como en la vida académica.

En el inicio de esta instancia, Carreño afirmó que “con el presupuesto que tenemos; ya sea en pesos, en dólares, o como lo quieran expresar; podemos adquirir cada vez menos cosas, ya sea en el interior o en Montevideo” y añadió que “hace años en la Administración Pública no se ajusta el gasto. Además, en el interior hay un gasto más, que se relaciona con el territorio, porque aumenta el movimiento y el gasto en combustible y viáticos”.

La coordinadora aseguró que los gobiernos en general “no entienden” que la carrera docente es una apuesta a largo plazo y acumulativa. “Si no se dan recursos ahora, implica que menos docentes van a querer aspirar al cargo Grado 1 -porque no vale la pena trabajar por 10 mil pesos- y que va a costar mantenerlos para que escalen los grados. Cuando uno deja cinco años de puente, se pierde una generación de docentes”, aseveró

“La Udelar es el proyecto país por excelencia, no porque los demás no sean importantes, sino porque el 80% de la investigación se da en esta universidad. Los vaivenes no le hacen bien a un proyecto a largo plazo”, sentenció Carreño.

La necesidad de ver a la Udelar como política de Estado

Por su parte, Miranda siguió la línea de Carreño al sostener que existe una relación directa entre el proyecto del país y la Udelar, y destacó la simbiosis entre el servicio que la universidad entrega a la población y el agradecimiento que esta última muestra para con la casa de estudios. “Prueba de esto son los más de 150 mil estudiantes que tiene y el aumento que se registra en la matrícula”, expresó.

Para el decano de Artes es importante que se incremente la relación con el sistema político y que este último reconozca “la relevancia de la Udelar con el proyecto país”. En consecuencia de esto, planteó la posibilidad de elaborar una política “contracíclica” donde se aseguren unos “mínimos de desarrollo de políticas de Estado que le permitan a la Universidad un mínimo de crecimiento (a discutir) sobre unas bases sostenidas que le permitan a la Udelar programar y medir a mediano plazo y luego sumar otros incrementos atados al crecimiento económico. Porque si no, solo se gasta cuando tenemos dinero y se ahorra cuando no hay, que es cuando más hay que invertir en la Universidad”.

Sobre el adicional del fondo de solidaridad, Miranda sostuvo que más que compensarlos lo necesario es enfocarse en la capacidad de hacer uso de los mismos. En este sentido, destacó que cuatro de las seis facultades que componen el área de Ciencias Sociales y Artísticas (Humanidades y Ciencias de la Educación (FHCE), Artes, Ciencias Sociales e Información y Comunicación (FIC)) tienen más de un cuarto de sus gastos de inversión y funcionamiento asociados a los ingresos de este impuesto. Asimismo, apuntó que apenas dos de cada cinco solicitantes de becas (43%) pueden acceder a la misma debido al dinero que se dispone para ello, cosa que debe atenderse.

Al respecto de lo que deja de hacerse o se discontinúa debido a falta de presupuesto, Miranda sostuvo que en la Facultad de Ciencias Económicas y Administración hay una Licenciatura en Administración de Sistemas que no se puede iniciar y no se podrían sostener los créditos que se otorgan en el interior del país en la carrera de Contaduría o la Licenciatura en Administración en el Centro Universitario Regional del Este. Tampoco podría darse inicio a la Licenciatura en Ingeniería de Medios que la Facultad de Información y Comunicación tiene aprobada desde hace cuatro años; lo mismo ocurriría con la Licenciatura en Psicopedagogía que es compartida y en la que participa la Facultad de Psicología. También caerían los fondos para la implementación de las tecnicaturas universitarias en Teatro y Corrección de Estilo y no podría continuar la Tecnicatura en Museología.

Peligra la existencia de proyectos en el interior

Durante su participación, la decana Seoane destacó el aspecto diverso de la Universidad, que dificulta que sea difícil de generalizar dentro de las mismas y que hace que se manejen “lógicas diferentes” dependiendo del servicio del que se trate.

En lo que atañe directamente a la Facultad de Odontología, se refirió a que, pese a que el servicio que esta presta es la referencia de salud bucal a nivel nacional con más de 200 unidades odontológicas, este no forma parte del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS), lo que lo priva de ser un prestador formal y hace que la institución no cuente con presupuesto específico para este servicio, y por ello el usuario debe pagar el costo del servicio.

La decana hizo énfasis en la realidad de la universidad en el interior del país, donde, mientras los Centros Universitarios Regionales (Cenur) logran mantenerse con el presupuesto universitario, hay dependencias como la Escuela Universitaria de Tecnología Médica (EUTM) y el Instituto Superior de Educación Física (ISEF) que subsisten gracias a partidas presupuestales incrementales. Asimismo, afirmó que la posibilidad de no implementar partidas incrementales para la Udelar pone en riesgo proyectos de interior que difícilmente persistan sin estas.

Para finalizar Seoane también puso foco sobre otras preocupaciones planteadas desde el Área Ciencias de la Salud, como la necesidad de becas para cubrir el aumento de ingresos a Enfermería, la falta de consolidación del ISEF para el sistema de posgrado, el mantenimiento de ofertas en el interior y el aumento sostenido de las matrículas. “Debemos entender que nosotros formamos profesionales y esto tiene un costo que cuando estamos en escenarios de recortes debemos retomar la discusión sobre quién lo asume, porque no podemos trasladar más costos a la sociedad y a los estudiantes. Tenemos que defender la salud como un derecho”.

La Universidad como líder en investigación

Por su parte, Mombrú dijo que “la Universidad es mucho más que un aula con estudiantes y un docente que da clases”, para el decano todo va más allá de la instalación, el docente que habla y el estudiante que escucha y se relaciona más con “la calidad de contenido y con la cual se imparte el conocimiento”. “Hablamos de investigación, creación de conocimiento calificado con todo lo que trae consigo: infraestructura, equipamiento de punta, validado y con reconocimiento internacional”, explicó Mombrú.
En esa línea de pensamiento, destacó que el impacto de la investigación de la Udelar tiene relevancia para el país y es referida a nivel mundial, cosa que se demostró en la pandemia por coronavirus y en el hecho de que todas las instituciones de ciencia y tecnología del país cuentan con egresados de dicha casa de estudios, así como convenios con otras instituciones públicas del país.

“Si después de la pandemia, donde quedó más que demostrada a importancia de la Udelar, volvemos a pensar que puede ser una variable de ajuste el presupuesto para ciencia y tecnología del país y en particular de la Universidad, cometemos un error histórico”, sentenció.

Es inversión, no gasto

Al igual que sus pares, Irrazábal destacó a la Udelar como el más prolongado, importante y desarrollado proyecto del país. “La Udelar no es la moneda que sobra, es el mayor proyecto cultural de conocimiento y científico del país en su historia, es algo serio”, sostuvo.

El decano de la Facultad de Psicología resaltó a la universidad como una operación política que por primera vez logró que más del 50% de las familias tengan por primera vez un universitario en la misma, así como el hecho de que los pobres pueden acceder al estudio. “Poder acceder a la universidad da una serie de recursos para resoluciones de problemas. El aumento de la matrícula es clave porque es un módulo posible de movilidad social”, añadió Irrazábal.

“La universidad y la educación no es un gasto, es una inversión, es un apuesta muy importante para este país”, aseveró Irrazábal.

 

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Publicado el Lunes 26 Septiembre, 2022

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