Aquí nace un nuevo número con el afán de continuar consolidando este proyecto editorial, que busca situar una analítica semiótico-material-relacional frente a algunos de los principales problemas contemporáneos. Si Materiaviva surgió como una apuesta por pensar más allá de los sustancialismos y de la mirada fragmentaria del antropocentrismo, este número prolonga esa inquietud desplazando nuevamente el centro de gravedad. Hoy dedicamos el espacio de escritura y lectura a la cuestión animal y a su relación directa con uno de los marcadores más persistentes del humanismo moderno: el trabajo.
Interrogar el trabajo desde la animalidad implica desarmar, al menos parcialmente, uno de los pilares que han sostenido el excepcionalismo humano. Implica atender a lo que se trama en los intersticios entre especies, en los modos de cooperación, fricción, domesticación, explotación, cuidado y coproducción que atraviesan nuestras existencias. Nos interesa explorar estas prácticas desde una ética y una política que reconozcan la agencia distribuida, los ensamblajes vivientes, las materialidades sensibles y las historias compartidas que constituyen lo que llamamos vida. Este número, por tanto, continúa la vocación del proyecto: abrir preguntas, desplazar certezas y propiciar modos de pensamiento que se dejen afectar por aquello que, desde siempre, nos acompaña y nos excede.
Los trabajos incluidos en el segundo número de Materiaviva son:
- Introducción al número. ¿Los animales trabajan?, Gonzalo Correa
- Sobre el trabajo (no)humano, Gonzalo Correa
- Trabajar y vivir con animales, María Fernanda de Torres Álvarez
- "Trabajadores indisciplinados", Martín Dabezies
- De una vergüenza desplumada, Fernanda Ramos Monza
- ¿Para quién trabajan los simios?, Ruben Gómez Soriano
- Ilustrador invitado: Sebastián Santana Camargo